Madurar, un gran invento: Innovación y Golden Workers

No hay productos maduros sino directores maduros. John Quelch. Harvard Business School



Necesitas a alguien que peine canas si quieres que tu empresa sea innovadora. Aunque cuando piensas en personas innovadoras tengas en tu cabeza a jóvenes cambiando el mundo desde un garaje, como Zuckerberg, Bill Gates, Steve Jobs en sus inicios, son la excepción, no la regla.

Se tardan 10 años de media en conseguir la máxima productividad intelectual de un trabajador.
Se tardan 20 años de media desde que un científico tiene una idea brillante hasta que recoge el premio Nobel.

El período formativo inicial se está alargando a medida que se desarrolla la tecnología de la información y la comunicación, hasta el punto que la media de edad del primer empleo en España es de 23 años cuando hace apenas 20 años era de 17 y la edad media de emancipación está en los 29 años.

Si bien las grandes ideas pueden aparecer en la juventud, los innovadores deben invertir muchos años en su formación personal y que el aprendizaje de una serie de conocimientos, teorías y hechos desarrollados por las generaciones anteriores parece un ingrediente necesario para la actividad innovadora.

El alargamiento constante de la esperanza de vida y por tanto el progresivo envejecimiento de la población puede haber alterado el ciclo de vida de los innovadores y además de que se haya alargado el período "instruccional", una persona de 40 años es ahora más joven (está más lejos de la vejez) que una persona de 40 años a mediados del siglo XX. 

Esto podría suponer que una persona en su madurez no sólo convierta una idea en producto, sino que la aparición de nuevas ideas se mantenga a lo largo de toda la vida productiva.

Los prejuicios sobre la productividad y la creatividad de los Golden Workers y la permanencia en un mismo puesto de trabajo durante un montón de años sin variar de función, entre otras razones, son obstáculos y resistencias para activar la creatividad y la innovación de los trabajadores maduros.


Esta reactivación no pasa necesariamente por una inversión en nuevos recursos sino en producir cambios en la organización en cuanto a las formas de pensar, actuar y evaluar la práctica laboral.

La madurez profesional no sólo debe representar la meta de la carrera profesional, sino el inicio de la fase más productiva y creativa de esa vida laboral. El trabajador senior es el que está mejor preparado para evaluar de manera anticipada los posible resultados de la toma de decisiones para resolver problemas profesionales gracias a su experiencia y trayectoria profesional y vital.

Pero para generar esta proactividad, para que el trabajador senior asuma la responsabilidad de reinventarse a sí mismo deben darse las condiciones que lo faciliten: hay que darle autonomía, capacitación, apoyo técnico y mejora de sus condiciones de trabajo, enpoderamiento para resumirlo en una palabra, , justo lo contrario a lo que está sucediendo en muchas empresas en las que se relega al senior a tareas poco creativas y nada innovadoras.

Innovar no significa dejar de lado la experiencia acumulada, no significa abandonar las "buenas prácticas" profesionales, sino revalorizarlas, reinventarlas y enriquecerlas incorporando nuevos conocimientos, nuevos medios y nuevas maneras de hacer.

Reactivar a los Golden Workers pasa por convertirlos en Agentes del Cambio, pasa por hacerles conscientes de la necesidad de transformación de la organización y el necesario papel que debe jugar la experiencia en este proceso de cambio. Que reestructurar procesos y servicios requiere de un conocimiento profundo de la cultura y los valores de la organización y en este sentido los trabajadores senior son los mejores conocedores.




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