Pedagogía Inversa para el Aprendizaje Sénior

Imagen: Freepik



El aula invertida (en inglésflipped classroom ) es una modalidad de blended learning (aprendizaje semipresencial).


Es un modelo pedagógico que plantea la necesidad de transferir parte del proceso de enseñanza y aprendizaje fuera del aula con el fin de utilizar el tiempo de clase para el desarrollo de procesos cognitivos de mayor complejidad, que favorezcan el aprendizaje significativo.





Ando estos días a vueltas con todos los artículos que sobre lo que va a ser el 2017 digital corren por LinkedIn, Twitter y demás Redes Sociales. Luego miro la dura realidad de la empresa y el trabajo en nuestro país y no puedo menos que lanzar un suspiro resignado por la distancia gigantesca entre lo que los "expertos" y "gurús" varios consideran tendencia y la realidad cotidiana.

Un abismo nos separa de esos departamentos de Recursos Humanos que sitúan al empleado en el centro, que se ocupan de la "experiencia de empleado" en organizaciones "en red" holocráticas sin jerarquías. Antes bien, veo organizaciones desnortadas que inician tímidamente el camino de la digitalización y se desperezan después de un largo período de ajustes de plantillas y recortes presupuestarios.

Una muestra de este abismo lo constato cuando en celebraciones, encuentros fortuitos y cafés con amigos que afortunadamente reaparecen por estas fechas..., emerge en muchas ocasiones en la conversación que fulano o mengano o uno mismo, imparte una o varias sesiones en un máster o un curso para profesionales; resulta que muchos de los "séniors" son docentes en algún momento del año...

Y si el modelo educativo en la educación primaria, secundaria y hasta en la Universidad está en plena convulsión transformadora, el mundo del aprendizaje permanente, de la formación en la empresa y la educación postuniversitaria, apenas ha sufrido variaciones desde hace un montón de tiempo.

Tediosas sesiones magistrales, con el único apoyo del power point o algún vídeo de TED o YouTube para demostrar que estamos al día, algún caso práctico de empresas que triunfaron o fracasaron hace años, un pequeño role playing para escenificar conflictos... y poca cosa más.

"Café para todos" de dudosa calidad y casi ninguna innovación. Y si miramos a los ojos de los asistentes veremos reflejados en ellos el tedio y hasta el reproche que no verbalizan por educación:
"Envíame ese power point que estás leyendo... ya lo leeré yo mismo en mi casa"

O también:
"Hace poco leí un artículo estupendo sobre este tema navegando por Google"

O esa recurrente frase que oímos de labios de los organizadores de la sesión o del curso:
"El grupo es muy heterogéneo, ¿no te importa, verdad?"

No existen los grupos homogéneos. Las personas aprendemos de formas diversas, nos precede una experiencia y una personalidad única y por lo tanto cualquier acto de aprendizaje debe intentar la mayor personalización posible.

El modelo pedagógico que puede facilitar esa personalización sin olvidar la potencia del aprendizaje grupal es la llamada "flipped classroom" que saca del aula e individualiza aquellos procesos de aprendizaje que suponen diferentes niveles de conocimiento en los alumnos, diferentes maneras de acceder a los contenidos, diferentes formas de aprender..., y dejan en el aula procesos que suponen la participación activa del alumno, la construcción conjunta y en grupo de nuevo conocimiento, la práctica y aplicación de conocimientos adquiridos individualmente fuera del aula.

Lo que es diferente en cada persona es la forma de acceder al conocimiento, pero el objetivo del docente debe ser que todos los participantes adquieran el conocimiento y la experiencias que se propone aunque lo hagan por caminos diferentes.

Pocos docentes reconocen su frustración y amargura al salir de un aula después de tres o cuatro horas hablando a las paredes, con la certeza de no haber conectado con ni uno solo de los participantes, si no es para pedirle amablemente que apague su smartphone.

El docente debe pasar el protagonismo al participante, convertirse en un acompañante del aprendizaje, en lugar de ser único detentador del conocimiento. Debe convertir el espacio de aprendizaje en un espacio colaborativo y cooperativo donde cada profesional se convierte a su vez en docente aportando su conocimiento, su experiencia y también su demanda de aprendizaje.



Dejar para las aulas y salas de reunión lo colaborativo y cooperativo y recurrir a lo digital, al vídeo, al blog... para ampliar la posibilidad de personalizar el conocimiento, permitiendo que cada "aprendiz" seleccione el contenido que necesite, cuando lo necesite.

Abogo por docentes "youtubers" y "blogueros" que permiten que el "aprendiz" adulto pueda revisar dudas o profundizar en un tema tantas veces como quiera y cuando quiera. Canales en YouTube, posts en un blog..., que contienen pequeñas píldoras formativas, o infografías  elaboradas con sencillas plantillas de plataformas como CANVA, que pueden sustituir a las tradicionales "chuletas" y  que sintetizan en un minuto lo explicado en una hora

Abogo por participantes en una sesión formativa que aportan contenido a las sesiones presenciales consultando su smartphone, buscando respuestas fuera del aula a través de las redes sociales.

Abogo por organizaciones que aprenden gracias al acceso a la información de todos sus profesionales  y de su participación activa y creativa en la construcción del conocimiento organizativo a través de la resolución de problemas, los retos propuestos, los desafíos experienciales. El papel del docente así es el de tutor, mentor, coach, facilitador... de momentos de aprendizaje individual y colectivo.

Quiero finalmente rescatar  el término "Heutagogía": sistema de aprendizaje que pone su centro en el aprendiz y el aprendizaje autodeterminado, sobre el que ya escribí en un post anterior http://lrosilloc.blogspot.com.es/2015/02/heutagogia-aprender-cambiar-en-la.html
 
         

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